ANTONIO MARTÍN ORTIZ: A MARCIAL NO SE LE ESCAPA UN DETALLE: UN CEREMONIAL DE BODA POCO HABITUAL
ANTONIO MARTÍN ORTIZ
EN ESTA POSICIÓN ME HE PASADO LA MAYOR PARTE DE MI VIDA.
AQUÍ Y ASÍ ME TENÉIS.

Omne tulit punctum qui miscuit utile dulci.
OMNE TVLIT PVNCTVM QVI MISCVIT VTILE DVLCI.
(Q. Horatius Flaccus, Epistula ad Pisones, 343)
Ganó todo mérito el que mezcló lo útil con lo agradable.

VERANO DE 1964 EN SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia

<strong>VERANO DE 1964 EN <em>SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia</em></strong>
Mi padre [R.I.P.], un amigo (Josep Ma. Riba i Armenter [R.I.P.]), mi hermana Simona, yo mismo, mi hermana Rosario,
mi hermano Pepe, mi madre [R.I.P.], otro amigo (Josep Amiell):
PATRI MATRIQVE MEIS IN MEMORIAM: Descansen en Paz los dos juntos
.
"Cuando uno ha perdido a su padre y a su madre, se ha quedado sin referencia al pasado".
(Frase mía, que yo, como bien nacido, les dedico a quienes me dieron la Vida y me abrieron el Camino para ser Feliz)
A mí, lo mismo que a Ovidio (Tristia, I, III, 4):
Labitur ex oculis nunc quoque gutta meis.
Todavía ahora se me resbala una lágrima de los ojos, los míos.

Recojo y comparto la frase, más optimista, de mi amigo Carlos Hernández, Chacien: ”Lo que en verdad mata es el olvido”.
No es mi caso, porque yo, estas cosas, no las olvido.

EQUITACIÓN AL SON DE POLCAS VIENESAS

Si quieres disfrutar de la maravilla de ver a los caballos de la Escuela Española de Equitación de Viena danzando al son de las polcas de los Strauss,
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viernes, 13 de agosto de 2010

A MARCIAL NO SE LE ESCAPA UN DETALLE: UN CEREMONIAL DE BODA POCO HABITUAL

Nada nuevo hay bajo el Sol
Nihil sub sole nouum.
Biblia Vulgata
LIBER ECCLESIASTES , I, 10


Courtesy New York Public Library

Boda de homosexuales

El barbudo Calístrato se desposó (1) ayer con el rudo Afro, con el mismo ritual con que una doncella es costumbre que se despose con un hombre. Alumbraban en cabeza (2) las antorchas, cubrió su rostro el velo de novia y no te faltaron, Talaso, tus palabras (3). La dote, también se fijó. ¿Todavía no te parece esto, Roma, suficiente? (4) ¿Esperas, acaso, que también para?

(Marcial, Epigramas, XII, XLII)

Notas

(1) En español, “se casa” tanto el hombre como la mujer. En latín se utilizan expresiones distintas: la mujer “se pone el velo en honor del novio” (nubere + dativo con el nombre del novio); el hombre “toma por esposa a la novia” (ducere uxorem + acusativo con el nombre de la novia). Esta diferencia léxica permite juegos conceptuales como el de este primer verso (nupsit = “se casó haciendo de mujer”), con una sola palabra, sin más aclaraciones.
(2) Del cortejo nupcial.
(3) Esta divinidad itálica del matrimonio, cuya primera noticia se remonta al rapto de las Sabinas, era constantemente vitoreada durante la deductio de la novia al grito de “Talasse! Talassio!”; .
(4) De esta forma se casó Nerón con su copero Pitágoras.

Traducción y notas de José Guillén

Texto Latino, con algunos cambios de grafía


Barbatus rigido nupsit Callistratus Afro,
Hac qua lege uiro nubere uirgo solet.
Praeluxere faces, uelarunt flammea uultus,
Nec tua defuerunt uerba, Talasse, tibi.
Dos etiam dicta est. Nondum tibi, Roma, uidetur
Hoc satis? expectas numquid ut et pariat?

19 comentarios:

Carmen López dijo...

Estimado don Antonio, ¿y después de tantos años nos seguimos escandalizando y montando debate en torno a ello? Amores y uniones de tal índole las hubo, las hay y las habrá. Llamémosla como queramos o neguémosle nombre queriendo así negar la evidencia, pero el mismo sexo también es capaz de amarse, aunque no de procrear, es cierto.
Tal vez el verbo AMAR está muy por encima de meras capacidades fisiológicas.

Reciba usted un abrazo y le deseo buen fin de semana.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Señora Doña El Patio,

Voy a contestar a su alegato, el que acaba de publicar en su foro, teniendo en cuenta que ya he leído su comentario en el blog de don Mario.

En primer lugar, Vd. no tiene por qué corregirse a sí misma, ni plantearse dudas sobre su forma de escribir, porque la frase

Nunca fue mi intención estudiar enfermería, mucho menos medicina.

es formalmente perfecta.

Por lo que se refiere a sus dudas sobre su actividad diaria, tengo que decirle que cuanto más pienso en su forma de ser y actuar, más convencido estoy de que su cambio de profesión, a Literatura o Arte, sería, cuando menos, una decisión que lamentarían sus pacientes. Y no es porque Vd. carezca de cualidades para el Arte o La Literatura, sino porque todos, cuando menos, somos casi un poco egoístas, y preferimos a los, y las, buenos profesionales de la Medicina, y, cuanto mejores sean, pues mejor para todos los que acudimos a sus consultas.

Vd. sabe, como todo el mundo, que cuanto más se dedica uno a una actividad, menos se puede dedicar a las demás, y más cuando uno ejerce la tal actividad de forma eficaz y más que eficaz y eficiente.

Haga Vd. lo que crea conveniente, porque Vd. está, cuando menos, todavía en edad de merecer y de cambiar a lo que le apetezca, pero, si Vd. toma tal decisión, nos va a dejar a más de uno, cuando menos, como huérfanos de una buena enfermera.

No me creo yo en la capacidad de dar consejos a nadie, tanto menos cuanto que yo no soy nadie para estos quehaceres, pero, cuando leo alguna opinión suya sobre Medicina, me entra como una bocanada de aire fresco y saludable, y eso tanto más cuanto más leo y medito lo que Vd. escribe.

Respecto a la opinión que manifiesta en mi espacio sobre el Epigrama de Marcial, referido a los otros, no puedo menos que estar en total acuerdo con Vd. No podría ser de otra forma, tanto más, cuando más admiro su sensatez y su sentido común, cuando menos por lo que veo escrito por Vd., porque, como bien sabe Vd., no tengo el placer de conocerla personalmente, aunque alguna idea me hago, tanto más cuanto que nuestra relación cibernética es bastante fluida.

Reciba un buen abrazo, y que pase un buen fin de semana, tanto más, cuanto más se lo merece.

Don Antonio

Chacien dijo...

Nada nuevo hay bajo el Sol (Nihil sub sole nouum). Hasta ahora tenía la certeza de que este era un lema típico (y uno de los tópicos, por tanto) del Renacimiento, pero veo que es anterior, muy anterior en el tiempo, como lo demuestran la propia Vulgata de un modo textual y los hechos que describe Marcial de un modo implícito pero muy contundente.

¿Qué más puedo añadir? Mi postura ante el tema la conoce usted de sobra por anteriores posicionamientos... ¡Ah, sí, añadiré que, como amante de esa época artística que es el Renacimiento, hace mucho que hice mío el tópico de Nada nuevo bajo el Sol y que esta curiosa entrada no hace sino que se afiance una vez más como una de mis más sólidas convicciones.

Gracias, amigo y maestro; una aportación muy interesante.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Carlos Hernández, Chacien,

Como siempre, sus comentarios son bienvenidos y, además, muy pertinentes al tema tratado. Me alegra que haya Vd. esclarecido algún concepto sobre la frase Nihil sub sole nouum. A veces los tópicos circulan por el mundo y poca gente se toma la molestia de situarlos en su debido contexto. Una vez yo colgué una imagen de una de las tallas de su padre, Don Serapio, la de El Mendigo, sin citar el origen, y, muy oportunamente, Vd. me advirtió del mismo. Desde entonces he aprendido a citar con la mayor exactitud posible. Le doy las gracias por ello.

En cuanto al tema tratado en este Epigrama de Marcial, Vd. también conoce perfectamente mi opinión al respecto, y creo que es coincidente con la suya.

A mí en concreto me interesaría saber la opinión de su padre, Don Serapio, porque lo considero con una Sabiduría y Experiencia superior a la mía por lo menos. Tampoco es necesario que lo obliguemos a manifestarse, si ése no es su deseo, al tratarse de un tema demasiado controvertido, y en estos casos es mejor la discreción, sin que tenga uno que tomar posición en todos los temas.

Reciba Vd., don Carlos, un cordial abrazo,

Antonio

Natàlia Tàrraco dijo...

Antes de marcharme unos días, te saludo amigo Antonio, que hace muuucho que no me deleitaba con tus entradas.
Espero y deseo de corazón que estés bien, gozando de las nuevas vidas, de la familia y de miradas nuevas en verano, o aunque sea leyendo al excelente Marcial o...

"Nada nuevo bajo el sol" y bajo Helios o Ra o el sol que nos cae hoy, !salve! Argentina y Portugal, donde se normalizó lo que en Roma era "una boda rarita", que sean felices los nuevos esposos del sexo que sean.
!!Himeno, Himeneo!!!
Un abrazo y hasta siempre.

Chacien dijo...

Amigo, Antonio,

En este momento mi padre está disfrutando de unas merecidísimas vacaciones en un entorno muy tranquilo y saludable, aspirando el aire de la sierra, en la provincia de Cuenca; no obstante, su parecer en este controvertido tema, puesto que le merece alguna consideración, bien puedo decírselo porque es algo que hemos debatido más de una vez familiarmente, sin llegar a un acuerdo, puesto que discrepamos en lo fundamental, pero coincidiendo en el respeto que cualquier persona se merece sea cual sea la opción personal que haya elegido.

Si le sirve de mayor concreción, creo que él se situaría en las proximidades de lo que opina, por ejemplo, su amiga El Patio, a la cual diría, sin ánimo de entrar en polémica, que no es cuestión de escandalizarse (yo, personalmente, no me escandalizo), sino de situarse del lado donde uno cree que está la verdad. Si me dicen que el verbo AMAR está muy por encima de meras capacidades fisiológicas, verbigracia, no puedo sino asentir con la razón y aun con el corazón, porque tal verbo, según mi conocimiento y experiencia, actúa por encima de todo, incluso la propia voluntad de la persona, y es capaz de orientarse hacia cualquier sujeto u objeto que le dicte su capricho; ahora bien, la cuestión es determinar qué es lícito para uno mismo y para la sociedad donde uno habita y dónde están los límites que la razón y el buen juicio le pueden conceder.

Es muy común en todas las sociedades (exceptuando, que yo sepa, alguna remota tribu amazónica) que no se tolere el amor entre padres e hijos o entre hermanos. Tampoco esta bien visto, por lo general, el amor con (no "a") los animales, o el amor con menores de edad, aunque sea con su consentimiento. Este tipo de relaciones comúnmente son consideradas tabú, ¿también la homosexualidad ha de serlo? Pues, francamente, depende de cada uno de nosotros y de todos a la vez. No vale decir que algo es una realidad y una evidencia, y que por lo tanto hay que darle carta de naturaleza, porque la pederastia es una realidad, al igual que el incesto o la zoofilia y ello no implica que tengamos que congratularnos cada vez que se producen. Yo no pondría la homosexualidad al mismo nivel, por ejemplo, que la pedofilia, y, por consiguiente, no estoy por prohibirla, pero tampoco me parece algo para estar orgulloso, y conste que en mi trato personal siempre he respetado a las personas de esta tendencia con las que he podido cruzarme, y ha sido con la única condición de que a mí también me respetaran.

Ya ve usted, amigo Antonio: mi padre y El Patio son de un parecer, usted y yo de otro, y no por ello dejo yo de tener una relación afectuosísima con mi padre ni tenemos que andar demonizándonos mutuamente: cada cual que piense lo que quiera y actué en consecuencia, pero que tenga presente que no son nuestros pensamientos sino nuestros actos los que nos convierten, atendiendo a la etimología de la palabra, en personas "virtuosas".

Un afectuoso saludo.

Carmen López dijo...

Don Antonio, elimine usted ese último comentario spam que por experiencia le digo atrae a más de esa índole.
No puedo pasar por alto el comentario del señor Chacien, ya que alude a mi opinión al respecto de la homosexualidad y hace una peligrosa mezcla con pederastias, zoofilias e incestos.
Señores, la homosexualidad no es un crimen, nada tiene que ver con la perversión, ni mucho menos con la criminalidad.
La homosexualidad no es una elección ni una condición, la homosexualidad es una determinación natural, porque así lo ha determinado la cadena genética, de un sexo por su mismo sexo. No es una cuestión cultural, porque cuando la homosexualidad ha sido perseguida (es perseguida) y castigada, los homosexuales seguían existiendo y condenándose al más cruel de los exilios, y era el de tener que vivir una vida de mentira, de engaño y de apariencia para poder ser merecedores de la dignidad con la que vivía el resto de la sociedad considerada normal. Creo que es más criminal el esposo que reprochaba a su esposa el disfrute sexual y se iba de putas que el hombre o la mujer que le entrega el cuerpo y el alma al de su mismo sexo porque así lo siente y así lo vive. Y hablo de entrega en el amplio sentido de la palabra, sin el interés que define a muchas uniones hetero, sin la maldad del que sólo desea una esposa florero, sin el engaño de una unión sólo con el fin de procrear, en donde la palabra amor y compartir no tiene ningún significado.
No admito de ninguna manera la discriminación del diferente (socialmente inofensivo e inocente) sólo porque nos repugne su color, no compartamos a su dios o a su filosofía, o el objeto de sus deseo o de su entrega no sea el que a mi cómoda forma de vida le convenga. Tal manera de opresión, de discriminación y de odio es inadmisible en una sociedad que avanza, o eso pretende, humanamente. Ese es el principio de tolerancia que nos conduce hacia la libertad. Lo demás se llama tiranía.
Lógicamente siempre ha existido el terrorismo, el crimen organizado, la pedofilia, los violadores, etc, etc... comparar la homosexualidad con tales crímenes me parece, cuando menos, un insulto inadmisible.

Les deseo buena tarde.

Chacien dijo...

Lamento, señora El Patio, haber expresado mi opinión en unos términos que tanto parecen haberla disgustado u ofendido; lo lamento principalmente porque no había ninguna necesidad de reavivar en este espacio una polémica tan estéril, donde cada cual vive encastillado en unas convicciones que parecen irreconciliables.

Sí me gustaría puntualizar, para no cargar con un sambenito que creo no merezco, que yo no recuerdo jamás haber oprimido, discriminado u odiado a ninguna persona concreta por razón de su sexo, su raza, su filiación política o su religión, sino que en todos los estamentos y estratos de la sociedad he encontrado gente buena y gente mala, y que a lo largo de mi existencia he simpatizado y me he relacionado con personas de la más distinta y aun opuesta idiosincrasia (incluyendo la orientación sexual) en razón de lo bueno que creo haber hallado en ellas, sin importarme esa característica que, en efecto, pudiera distinguirnos y definirnos como diferentes.

Porque ser tolerante, señora El Patio, no consiste en negar la diferencia, sino en ser capaz de "tolerar", respetar y aun amar al diferente, de hacer que incluso en tal caso la convivencia sea posible en armonía y buena fe.

Yo no la odio a usted y disculpo su furibunda reacción porque comprendo haber tocado una parte sensible de sus creencias y sentimientos. También comprendo que, por fortuna para usted y para quienes piensan como usted, el tema de la homosexualidad se ha convertido en un tabú, algo a lo que no es lícito censurar o siquiera mencionar si no es para cantar sus alabanzas.

Usted y yo somos distintos en algún aspecto pero, no obstante, yo puedo aceptarla como usted es, pedirle disculpas si en algo la he ofendido y manifestarle mi más sinceros respetos, ¿podría hacer usted lo mismo?, ¿estaría dispuesta a no odiarme?


Un cordial saludo.

Aristos Veyrud dijo...

La sanción moral a las relaciones homosexuales no ha sido una constante durante toda la historia, y hoy esa sanción que heredamos se liga estrechamente con las concepciones religiosas, aunque en el mismo texto sagrado de occidente hay pasajes donde se colige homosexualidad en el mismo profeta Daniel y el rey David, sin dejar pasar por alto que desde principio a fin la mujer en el mismo texto constantemente está siendo condenada y satanizada desde los primeros días de la creación. La figura del matrimonio para el homesexualismo no es tan importante ya que este mecanismo social está hecho más para garantizar la reproducción y procreación de la especie humana, lo que en las relaciones del mismo sexo no tendría el mismo propósito en esencia sino otros derivados. Seguro que en este tema se juegan mucho posiciones que tradicionalmente no han sido cuestionadas y ahora luchan por convalidar su estatus y poder, cayendo más en el escándalo y la algarabía que en el tratamiento justo y sincero incluso dentro de sus propias organizaciones sobre el tema.
Sospechos el despliegue que hacen los medios por unas cuantas parejas homosexuales que salen a manifestarse y pedir legalización y aceptación de sus matrimonios cuando en esos mismos países hay problemas mucho mayores esos sí condenables desde todo punto de vista, como prostitución, trabajo y analfabetismo infantil. Altas tasas de agresión y abandono de garantías sociales a las mujeres (y no son homosexuales los responsables de estas políticas)aparte de otros sin fin de injusticias detestables y repudiables.
Mi gran saludo Maestro!!!

Carmen López dijo...

"No vale decir que algo es una realidad y una evidencia, y que por lo tanto hay que darle carta de naturaleza, porque la pederastia es una realidad, al igual que el incesto o la zoofilia y ello no implica que tengamos que congratularnos cada vez que se producen. Yo no pondría la homosexualidad al mismo nivel, por ejemplo, que la pedofilia, y, por consiguiente, no estoy por prohibirla, pero tampoco me parece algo para estar orgulloso, y conste que en mi trato personal siempre he respetado a las personas de esta tendencia con las que he podido cruzarme, y ha sido con la única condición de que a mí también me respetaran".
Yo no lo he dicho, lo ha dicho usted, señor Chacien, y con todos mis respetos hacia alguien que no conozco, por tanto no pienso enjuiciarlo, en primer lugar le digo que yo no le odio, ni austed ni a nadie a día de hoy. En segundo lugar, y también con todos mis respetos, ni usted ni yo somos quienes para andar perdonándole la vida a nadie por su "condición" sexual, y de este párrafo parece deducirse que usted sí parece estar por encima de esos otros seres de quienes se permite decir que no podría la homosexualidad al mismo nivel que una pedofilia (vaya, gracias en nombre de los "afectados homosexuales") y que usted no la prohibiría, (pues vaya, otra vez, a dios gracias en su mano no está prohibir ni esto ni creo que otras cosas salvo lo que usted estime conveniente en su casa).
Y hasta aquí creo que ha llegado el debate en lo que a mí concierne.
El simple debate ya es un insulto para ellos.
Tenga usted un buen día.

Chacien dijo...

En mi opinión, señora El Patio, se equivoca al deducir de mis palabras que yo me arrogo cierta superioridad sobre las personas de condición homosexual.

Lo que mis palabras reflejan, para ser sinceros, es más bien una objeción de tipo moral motivada en parte, como apunta, con grandísimo tino, el amigo Dilman, por mis "concepciones religiosas". Por esa precisa razón no me puedo considerar, en cuanto a mi integridad como persona, superior a nadie (ya conoce aquello de que "el que esté libre de culpa que arroje la primera piedra"). Reconozco, pues, que puedo tener tantos defectos como cualquier otro (y más, si quiere) y sólo diría en mi descargo que intento mejorar día a día en lo posible y que mi voluntad es pasar por la vida haciendo el menor daño, aunque, obviamente, esto no siempre es factible por el simple hecho de que uno está en el mundo y en ocasiones tiene que afirmarse, pudiendo llegar a herir, como es el caso, las más diversas susceptibilidades.

No así ahora. En esta ocasión bien podría haberme guardado mi opinión, pues no veo la ventaja de entrar en una dinámica que no conduce a resolución alguna; que a mí particularmente no me aporta nada; donde yo sostengo un parecer y usted otro distinto, que no comparto, pero que, no obstante, me parece respetable. ¿De qué sirve andar hurgando en el tema?

Me alegro de que dé por zanjado el debate y de que, antes de juzgarme, como buen juez, se avenga a citar mis propias palabras como formal documento en que podría basarse una acusación, sugiriendo que hay indicios de delito. Espero que le haya convencido mi defensa o, en todo caso que, como buen juez, considere un atenuante la ausencia de voluntad para hacer daño, aunque finalmente el supuesto delito se haya producido.


De nuevo, cordialmente, reciba un saludo.

Ar Lor dijo...

Querido amigo Antonio, quisiera añadir algo en la mísma línea del amigo Dilman.
La homosexualidad en la Antigüedad, no tenía la mísma consideración que hoy en día.
La "construcción social de la realidad" ("la realidad se construye socialmente"), en roman paladino, los fuertes imponen sus puntos de vista, ha hecho que colisionen los constructos, principalmente y como señala Dilman, los de la Iglesia, contra la aspiración generalizada en las sociedades occidentales hacia la autorealización, siempre o casi siempre, por medio de la felicidad.
No se les puede "privar" a los homosexuales de cualquier aspiración que tengan, pues es la misma sociedad quien les impulsa a ellas. Y estas aspiraciones han de ser las mismas que para cualquier ciudadano recojan las leyes.
Un abrazo, querido amigo Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigos Chacien, Dilman, y Ar Lor, y amigas El Patio y Natalia Senmarti Tarrago [en el ordenador que uso me es imposible escribir acentos],

Es todo un lujo y un placer poder leer los bien construidos y argumentados comentarios que Vds. se han dignado hacer en este espacio. Al poner a su alcance un Epigrama de Marcial poco conocido, yo no he pretendido hacer ni la defensa ni atacar ninguna idea, porque cada uno tiene derecho a tener las propias ideas, respetando siempre los posicionamientos de los otros.

El nivel que han alcanzado Vds. es alto y no se puede replicar si no es tras haber meditado largamente sobre lo expuesto por Vds. Dejo esa tarea para un momento posterior, porque ahora, por circunstancias que Vds. se pueden imaginar, no dispongo de mi propio ordenador y tengo que utilizar uno que, entre otras cosas, carece de acentos, y eso me hace dificultosa la escritura.

Sigan Vds. disfrutando de sus vacaciones, como yo disfruto de las que me corresponden, y dejemos para otro momento el dar cumplido comentario a lo que Vds. tan amable y sabiamente han escrito.

Reciban, entretanto, un cordial abrazo,

Antonio

NáN dijo...

Yo creo que la clave de todo está en lo que dice el comentarista "Chacien", en el sentido de que su postura se basa en "sentimientos religiosos".

Me parece muy respetable que los tenga, siempre que no los confunda y los dé como válidos para la construcción de las normas y leyes de un Estado laico.

Somos muchos los que respetamos que los católicos homosexuales no se casen, pero criticamos a los católicos que desean que ese pensamiento particular se convierta en ley para todos, incluidos los que no tenemos esos "sentimientos".

Este país ha sufrido mucho por la equivalencia entre religión y Estado, no hay que irse muy lejos enla historia para que nosotros mismos recordemos el nacional-catolicismo´, en el que se perseguían los "pecados" como si fueran "delitos". Ojalá nunca volvamos a tener algo semejante.

Ha llegado el momento de dejar de sufrir por ello. Vivan los católicos según el modo que piensan y no deduzcan de ello que su pensamiento y una "ley natural" coinciden.

Ni siquiera pueden basarse en que históricamente es algo nuevo: el magnífico epigrama que nos trae el amigo Antonio lo demuestra.

Un abrazo a todos.

Chacien dijo...

Estoy conforme con el planteamiento de NáN: vivamos y dejemos vivir; que cada cual escoja la forma de vida que más le acomode y se acoja a la moral que más le convenga, con el único limite de no invadir y conculcar la libertad y los derechos de los demás; en eso consiste la tolerancia y el respeto.

Por otro lado, aunque en mi último comentario he mencionado mis concepciones religiosas y he utilizado una frase del nuevo testamento, en honor a la verdad he de decir que soy lo que se denomina "cristiano no practicante", lo cual equivaldría a que mi pertenencia a la iglesia católica se reduce a haber nacido en un país de amplia tradición en este sentido y a haber cumplido con algunos ritos como el bautismo o la comunión, y que lo que diga la curia romana o la conferencia episcopal, verbigracia, no pasa de ser una opinión tan válida, para mí, como la de cualquier otro: me puede parecer correcto o incorrecto, pero no tiene un efecto vinculante.

Mi concepción religiosa es mucho más amplia y ecléctica, constantemente se está actualizando, bebe de fuentes de muy diversas filosofías y comprende y asimila muy distintas experiencias vitales. Creo que fue Ramakrishna quien dijo que todas las religiones eran la misma, como un lago al que la gente sedienta acude desde diferentes direcciones, llamando a esta agua con diferentes nombres; y que además esta agua tiene muchos sabores diferentes.

Mi concepción religiosa se basa en el convencimiento de que todas las religiones expresan, con un lenguaje más o menos enigmático y poético, la verdad del espíritu humano; que somos algo más que criaturas con determinadas necesidades fisiológicas y que, por consiguiente, nuestros actos son concluyentes para el bienestar y el futuro de toda nuestra persona y para avanzar en el camino hacia una supuesta felicidad. Somos los artífices de nuestras propias vidas, y el resultado depende en gran medida, en mi opinión, de que sigamos un camino acorde con esa verdad común a todas las religiones, verdad presente incluso dentro del paganismo y aun del ateísmo, siempre y cuando el individuo ejerza su condición moral. La ausencia de moral (no la hipócrita que únicamente cuida de las apariencias, sino la que es aplicada con honestidad) sólo puede tener consecuencias desastrosas para el individuo y para la sociedad; este es, básicamente, mi credo.

Así que, cuando hablo de "concepciones religiosas" y "objeciones morales" en contra de lo que sea, por favor, inscríbanme en el ámbito de esto último que he intentado exponer y no me relacionen con nacional-catolicismos, persecuciones, totalitarismos y demás realidades pasadas, presentes o futuras que, por otro lado, considero totalmente execrables. Siendo así, me sentiría bastante satisfecho y quedaría muy agradecido.

Un saludo afectuoso.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

1/4
Amigos y amigas todas y todos los que habéis tenido la gentileza y la valentía de dejar vuestros comentarios y vuestras ideas en este espacio, relacionadas con un tema bastante escabroso, de permanente actualidad, y con posiciones encontradas en muchos casos,


No soy yo nadie para opinar sobre lo que vosotros habéis opinado, porque no me creo en posesión de la Verdad ni mucho menos. No obstante, contraviniendo mi costumbre, voy a exponer aquí algunas de mis ideas, yo también.

Que cada uno haga de su vida lo que considere más oportuno y más ético, siempre y cuando de sus actuaciones no se generen perjuicios o injustitas para los demás. Cada uno puede ser del Partido Político que considere oportuno, pertenecer a la Religión que le venga en gusto, y tener las relaciones que quiera y con quien quiera, siempre y cuando haya consentimiento por parte del otro, o de la otra.

Una cosa sí quisiera puntualizar: yo, como formado que estoy en la Filología Latina, ya expliqué en su momento los motivos por los que no puedo estar de acuerdo en que a la unión carnal y vital de dos personas del mismo sexo se la llame matrimonio, porque, etimológica e históricamente, la tal palabra debe referirse a la unión de quienes tienen la capacidad de ser madre, es decir, de procrear. Para otro tipo de uniones sería conveniente buscar un nombre nuevo: nuevas Realidades exigen nombres nuevos.

Por lo que se refiere al resto de cuestiones planteadas, voy a transcribir a continuación los fragmentos de vuestros comentarios que yo comparto en esencia. Tampoco veo que haya diferencia alguna entre los respectivos puntos de vista: creo que, como suele pasar casi siempre, la polémica vino generada porque los puntos de vista son diferentes en algunos casos, pero la dirección del pensamiento apunta hacia el mismo lugar. Es decir, que la discrepancia no es tal: es una visión diferente de lo mismo.

Reciban todos Vds. mi agradecimiento sincero y mis respetos incondicionales.

Antonio Martín Ortiz.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

2/4
Sigue a continuación una selección de lo que Vds. dijeron y yo comparto:

Chacien:

Yo no pondría la homosexualidad al mismo nivel, por ejemplo, que la pedofilia, y, por consiguiente, no estoy por prohibirla, pero tampoco me parece algo para estar orgulloso, y conste que en mi trato personal siempre he respetado a las personas de esta tendencia con las que he podido cruzarme, y ha sido con la única condición de que a mí también me respetaran.

El Patio:

No admito de ninguna manera la discriminación del diferente (socialmente inofensivo e inocente) sólo porque nos repugne su color, no compartamos a su dios o a su filosofía, o el objeto de sus deseo o de su entrega no sea el que a mi cómoda forma de vida le convenga. Tal manera de opresión, de discriminación y de odio es inadmisible en una sociedad que avanza, o eso pretende, humanamente. Ese es el principio de tolerancia que nos conduce hacia la libertad. Lo demás se llama tiranía.

Chacien:

Sí me gustaría puntualizar, para no cargar con un sambenito que creo no merezco, que yo no recuerdo jamás haber oprimido, discriminado u odiado a ninguna persona concreta por razón de su sexo, su raza, su filiación política o su religión, sino que en todos los estamentos y estratos de la sociedad he encontrado gente buena y gente mala, y que a lo largo de mi existencia he simpatizado y me he relacionado con personas de la más distinta y aún opuesta idiosincrasia (incluyendo la orientación sexual) en razón de lo bueno que creo haber hallado en ellas, sin importarme esa característica que, en efecto, pudiera distinguirnos y definirnos como diferentes.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

3/4
Dilman:

Sospechoso es el despliegue que hacen los medios por unas cuantas parejas homosexuales que salen a manifestarse y pedir legalización y aceptación de sus matrimonios cuando en esos mismos países hay problemas mucho mayores, ésos sí condenables desde todo punto de vista, como prostitución, trabajo y analfabetismo infantil. Altas tasas de agresión y abandono de garantías sociales a las mujeres (y no son homosexuales los responsables de estas políticas), aparte de otros sin fin de injusticias detestables y repudiables.

Chacien:

No así ahora. En esta ocasión bien podría haberme guardado mi opinión, pues no veo la ventaja de entrar en una dinámica que no conduce a resolución alguna; que a mí particularmente no me aporta nada; donde yo sostengo un parecer y usted otro distinto, que no comparto, pero que, no obstante, me parece respetable. ¿De qué sirve andar hurgando en el tema?

Ar Lor:

No se les puede "privar" a los homosexuales de cualquier aspiración que tengan, pues es la misma sociedad quien los impulsa a ellas. Y estas aspiraciones han de ser las mismas que para cualquier ciudadano recojan las leyes.

NáN:

Somos muchos los que respetamos que los católicos homosexuales no se casen, pero criticamos a los católicos que desean que ese pensamiento particular se convierta en ley para todos, incluidos los que no tenemos esos "sentimientos".

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

4/4
Chacien:

Mi concepción religiosa es mucho más amplia y ecléctica, constantemente se está actualizando, bebe de fuentes de muy diversas filosofías y comprende y asimila muy distintas experiencias vitales. Creo que fue Ramakrishna quien dijo que todas las religiones eran la misma, como un lago al que la gente sedienta acude desde diferentes direcciones, llamando a esta agua con diferentes nombres; y que además esta agua tiene muchos sabores diferentes.